viernes, 13 de noviembre de 2009

Lucas, pero su amor, esa palabra...


Lucas se preguntaba qué era eso del amor. Sinceramente no tenía ni idea, pero tuvo algunas ideas que contempló y reflexionó largamente sentado en su sitio de siempre, donde las infusiones se enfrían y la música pasa como si no consumiera tiempo.

1. El amor es esa substancia que va de los teléfonos móviles a los ojos. No se puede ver, pero se nota. Los ojos pueden cerrarse y abrirse con total naturalidad, seguridad, elegancia, sensualidad, porque hay amor. Es como un ungüento para los ojos, como una capa en la retina a través de la cual se ve todo lo demás. ¿Y por qué va por los teléfonos móviles? Bueno, la verdad que Lucas tiene sus dudas con respecto a este punto, pero no puede dejar escapar el hecho de que siempre que ha visto a alguien llorando por las grutas del metro, llevaba un móvil en la oreja. Esperan que les llegue de nuevo, pero solo escuchan que les sigue comunicando el amor, excusas, palabras vacías, pero el amor sigue sin responder. Y sus ojos se derriten, su vista se deforma por las lágrimas, y su mundo, deformado a través de sus ojos, se va a pique.

2. El amor son las notas que salen del Saxo (con mayúscula, sí) de Stan Getz. Lucas no lo entiende demasiado bien, pero siente que amaría a cualquier chica que le dijera “te quiero” cuando suenan las notas de este saxo. Siempre había pensado que el amor era algo entre personas, una mucosidad, verde seguramente, que les pringa los labios desde el primer beso y les hace sentirse necesarios el uno para el otro. Pero escucha este saxo desde su rincón, y sí…siente esa viscosidad que se le antoja insoportable. Una constante en el amor es que se observa con terror la posibilidad de un fin, ya sea lejano o próximo. En el amor no cabe la noción del fin. Y esto le pone un mal cuerpo tremendo a Lucas sabiendo que el CD termina en 38 minutos y 58 segundo, y todavía peor, que Vivo Sonhando termina en 2 minutos y 54 segundos, y coge el teléfono, pero se da cuenta de que no tiene el número de Stan, y que además para qué…tampoco quiere palabras vacías. Le queda el consuelo de que se pueden dar una segunda oportunidad. Nunca se sabe si será lo mismo, pero no puede renunciar a ese Saxo.

3. Amor es eso que siente Lucas siempre al abrir el buzón cada mañana. Por un instante, cuando el buzón ya está abierto, se empeña en mirar solamente la parte de arriba, intuyendo si el fondo es blanco de sobre, o marrón del vacío. Amor es eso, imaginar, intuir un sobre en el fondo de su buzón. Si por alguna de estas casualidades de la vida que no busca comprender Lucas ve un blanco, o todavía mejor, una variación de marrón…quién sabe que será, se siente enamorado. Da igual que sea publicidad, una multa o un recibo del banco porque se ha quedado en números rojos. El fondo del buzón no es blanco, y siente que no cabe en su cuerpo. Eso es el amor, esa sensación de dicha, de fortuna abnegada a una ilusión, más que su realidad. Y es que el amor es una fuga de la realidad, ese estado en que da igual de cuanto sea la multa, porque Lucas tiene el buzón lleno y ya nada se lo va a estropear. Lástima que siempre toque mirar al fondo, y averiguar si eso es una multa, un recibo o una carta de amor, para luego volver a cerrarlo. De todos modos, sea lo que sea, ya no es amor…Pero Lucas tiene la suerte de que hay una carta que siempre viene pero nunca llega. Siempre la imagina…pobre, ¡está enamorado!

4. Amor es ese rayo de sol tímido que entra por la ventana de un tercer piso sin ascensor, en una calle estrecha, a la 11:32 de la mañana de un día de otoño cualquiera. Pensaréis que no puede ser que sea algo tan concreto. Preguntaros sino por qué “los labios más urgentes no tienen prisa dos segundos después”…Calamaro le dio la pista a Lucas. Y algo tan concreto como eso es ese rayo que es el amor. Paris es gris, en otoño siempre es gris. A veces llueve, a veces sopla viento, y a veces no hace nada, pero siempre gris y sin sol. Podría decirse que es como una vida sin amor. Lucas se acuesta triste por no haber visto el sol, y sin esperanzas de verlo al día siguiente. Y cuando más triste y desesperanzado se acuesta, aparece el sol para darle un beso de buenos días a las 11.32 de la mañana de un día cualquiera del otoño en un tercer piso sin ascensor en Paris. Esto es el amor, este rayo que viene para dejarle la miel en los labios, y desaparece, y Lucas se arranca la piel a trizas, hasta que vuelve a aparecer, y abre los ojos incrédulo, y lo disfruta como si nunca más tuviera que venir, pero el sol se va de nuevo y Lucas se da cuenta que se estabas engañando, que si no vuelve no va a poder vivir, y vive de la esperanza de que algún día vuelva a aparecer el sol…Desde hace algún tiempo Lucas no se despierta antes de las 11:35…espera el beso del sol.

5. Amor eres tú. Lucas no te llama porque tiene miedo de la voz del amor desde tan lejos, no sabe si va a sonar desde su móvil francés, y sobre todo tiene miedo de que la señal comunique y que sus ojos dejen de parpadear con esa esperanza melancólica que solo un enamorado en Paris puede experimentar. Se pasa el día escuchando este saxo que le recuerda tantísimo a ti, y tantas otras notas que una detrás de otra dibujan una melodía que es tan perfecta como el contorno de todo lo que dibujaron sus dedos en ti en su día, en ese día en que...Lucas baja todos los días esperando la carta, con el corazón en un puño. Pero muchas veces se deja el buzón por abrir para no saber nunca si está o no está, porque es mucho más bonito saber que la posibilidad existe, que el amor existe y que no tiene por qué comprobarlo, al fin y al cabo, hay una carta que va a venir, que ha venido, o que está viniendo, y eso significa que el fondo del buzón va a perder su color triste, y que Lucas ya no va a caber en sí. Pero sobre todo, todos los días duerme de lado, para dejar una mejilla hacia arriba para dejar que un beso pueda aterrizar a las 11:32 de la mañana, un día de otoño cualquiera…como ese último beso que le diste en una cama a esa hora confundido con un rayo de sol que se colaba entre las persianas, antes de marchar hasta quién sabe cuándo.

Lo peor o lo mejor de todo es que después de todas estas hipótesis, Lucas seguía sin saber cierto que era eso del amor, y puede que quizá eso le gustase más. Seguían acudiéndosele hipótesis como que amor es eso que te deja escribiendo hasta las 4 pasadas de la madrugada pensando en que es amor. Pero en fin. Si algo tiene de atractivo el amor para Lucas es que nunca podrá decir que es. Hay valientes que se creen que ya lo tienen…pobre de ellos. Lucas solo pudo sacar una conclusión válida de todo esto: era un caprichoso. Se desvivía por tener, por vivir, y por disfrutar algo que ni siquiera sabía cierto que es, pero ¿cómo dejarte escapar? Al fin y al cabo, amor…esa palabra…

3 comentarios:

  1. El amor está en muchos de los objetos y acciones que utilizamos y hacemos todos los días, o tal vez no esté en ninguno/a de ellos, esté en nosotros, que proyectamos en ellos esa ilusión, esa esperanza... "ese desvivirse por tener, por vivir, por disfrutar... algo que ni siqiera sabes cierto que es", es más, algo que normalmente no puedes poseer, no es algo físico, ni tangible... no es nadie que te pertecene (pues nadie nos pertenece)... pero es esa sensación, ese rayo de luz, ese saxo, ese buzón, ese movil... y sobre todo esa mirada, esos ojos, esos labios...
    Generalmente la gente ama poco, o ama mal...palabras vacías y acciones desamparadas.

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  2. Gràcies tete...Por fin alguien se ha atrevido (un poco coaccionado) a aportar algo :)

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  3. es cuando solo quieres besar(le) y hacer otras cosas, ya sabes, bueno, brillantes.

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