miércoles, 7 de octubre de 2009

Lluvia lenta



5 de octubre de 2009, y escribo mientras afuera una lluvia lenta cae sobre las calles de París. Es bonito hasta con lluvia lenta, esa que solo te hace pensar en renuncias, esperas tristes, pero no…aquí la lluvia lenta simplemente te moja el pelo y te refresca la cara, y le da a las calles unos reflejos de agua geniales.


En fin, mi primera lluvia parisina como residente. Por otra parte esta ha sido una semana de progresos. El francés parece fluir poco a poco. Suele ser una lengua espesa, jaja. Las calles de Paris pierden un poco de su misterio y les crece esta familiaridad que hace de los paseos con un crêpe de chocolate en las manos un placer casi incomparable. Y los problemas burocráticos con los franceses poco a poco van pasando a un segundo plano.


Visité con Albert la zona de Pigalle, con el Molin Rouge, e infinitud de locales de cine X, de tiendas eróticas, etc. Algo variopinto, pero divertidísimo. La visita a la galería de objetos, juguetes y películas porno que vimos no tenía desperdicio. Parecía más un museo de objetos de castigo, que el centro del placer, no voy a entrar en detalles, jaja. Lo mejor de todo fueron las risas que te puedes echar por esta zona.



Tampoco quiero hacer de esto una colección de momentos, pero es que vivo a momentos. Se quedan metidos como espinas en un guante. Una cena entre el obelisco y la fuente de la plaza de la Concordia. El piano que suena algunas tardes y las mañanas de los festivos por la ventana de mi cama. Se ve que a mi vecino le gusta Beethoven, pero no se da cuenta que para llegar a Beethoven se tiene que haber pasado primero por Bach, por Mozart y por Schubert, preferiblemente, sino los dedos no corren más. Una Guiness en el Cooling (sí, ya sé que es irlandés, pero mola un sitio así en el boulevard Saint Germain), y lo que se siente cuando te entra poco a poco la cerveza mientras afuera cae una lenta lluvia. Es genial subir al metro y que no te miren como un extranjero, incluso que la gente se ponga a hablarte pensando que eres un francesito más. Es increíble estar sentado en una mesa rodeado de italianos, belgas, alemanes, ingleses, catalanes y valencianos, y que nos podamos hacer entender más o menos.
Escuchar el Canon de Pachelbel a 8 violines, 4 chelos y 2 contrabajos en el metro de Châtelet. Ir en un vagón de metro y darte cuenta que eres el único de piel blanca. Comerme la punta de la baguette que compro todas las mañanas antes de llegar a casa. Entrar a la boulangerie y que el dueño me reconozco, aunque no lo diga, sino que me lo hace saber con su sonrisa. Sentirme el amo de una casa y arreglar el toilette y el armario en 15 minutos después de 4 días de penurias, y sentirme además de propietario, un manitas. Tenerlo arreglado, el piso. Ver pelis en francés y entenderla plus o moins. Saber que vas a tener la oportunidad de ver a Lang Lang, a Pink Martini, a Madness, a Sony Rolling, a Chick Corea y tantos otros en una misma ciudad, pero eso sí, con mucho dinero…


La verdad que se puede contar bastante mejor, en el momento en que se vive hay que ver que intensas se pueden contar. Pero al dejarlas reposar pierden esa poesía que llevan encima. Prometo hacerlo más llevadero a la próxima.



“Hasta ese momento había creído que podía permitirse el lujo de recordar melancólicamente ciertas cosas, evocar a su hora y en la atmósfera adecuada determinadas historias, poniéndoles fin con la misma tranquilidad con que aplastaba el pucho en el cenicero. Pero al conocerte volví a sentir que ciertas remotas semejanzas condensaban bruscamente un falso parecido total, como si de su memoria aparentemente tan bien compartimentada se arrancara de golpe un ectoplasma capaz de habitar y completar otro cuerpo y otra cara, de mirarlo desde fuera con una mirada que él había creído reservada para siempre a los recuerdos”.


Au revoir

P.D. Carlos, el experimento todavía sigue pendiente!

1 comentario:

  1. Y por unos instantes he creido oir como la lluvia caía. Me he sentido identificada con ese vecino q sabe q sus dedos no pueden ir más rápido por falta de práctica, pero las ansias de tocar esa pieza no le permiten entretenerse en los trámites previos.Malditos trámites previos. Tan necesarios y tan desesperantes al mismo tiempo. Y lo siento, pero mi experiencia me dice q no va a cesar en sus intentos. Y esa crepe de chocolate...mmmm!!!!

    Me alegra saber q empiezas a sentirte un parisino más. Q la lengua es ya un simple vehículo para expresarte y no un obstáculo. Q no te entristecen las esperas. Q disfrutas tus paseos en metro como jamás pensé q alguien los podría disfrutar (no te imaginas mi cara solo de pensar en el metro de barna :S )

    Adelante petitó, yo te seguiré de cerca desde el otro lado de la pantalla, deseando q me transportes de nuevo a ese lugar, llamémosle París.

    PD: oido-cocina el sofá cama y los colchones. Ves localizando a los sicarios en caso de retraso injustificado q yo no me pierdo ese baño con vistas! ;)

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